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Columna de opinión por Adonis Tupac Ramírez

Fuente: Pexels – Cottonbro


Estamos en una sociedad donde el culto del individuo es más importante que el trabajo en equipo y la solidaridad, que nos incita a dominar con nuestras opiniones, sugerencias y posiciones, desconociendo al otro y sin capacidad para escucharlo. La comunicación a través de chats con texto o audios es frecuente perdiéndose el contacto y el ejercicio de escuchar activamente.
En la profesión médica la escucha es un artículo de lujo, en medio de una consulta con poco tiempo ( habitualmente 20 minutos) donde el médico debe llenar múltiples formas en un sistema para poder hacer las solicitudes de exámenes, consultas o medicamentos para el paciente desemboco en un ambiente déspota donde la voz y la narración del paciente se perdieron. Diversos estudios han demostrado que en la entrevista realizada en la consulta, se corta al paciente a los quince segundos promedio, perdiendo el punto de inicio para crear un vínculo empático en la relación médico-paciente.

Pero el tiempo no puede ser una excusa para dejar de escuchar; el paciente lo primero que desea es ser escuchado, que lo miren a los ojos para sentir que el medico es otro ser humano interesado por su bienestar no solo físico también psíquico y emocional. La formación de estas habilidades no es frecuente en los programas de salud pero en los últimos años colegas y diferentes movimientos vienen trabajando en recuperar esa atención centrada en el paciente y que este no sea tratado como una enfermedad solamente.
Recuerdo mucho una frase de mi abuela que decía cuando visitaba a su médico “con solo ver a ese doctor ya me mejoro” y eso pasaba porque ese medico la escuchaba, le hablaba viéndola a los ojos, la tocaba con respeto y afecto y esto ya se convertía en parte fundamental del tratamiento y la cura emocional de mi abuela.
Después de muchos años de trabajo como cirujano he comprendido que escuchar, mirar a los ojos, abrazar y tocar con afecto curan mejor que el “poder” del bisturí y desde ahí mi compromiso ha sido en insistir en esto a mis colegas y estudiantes.

Los invito a que en su cotidianidad inicien a escuchar más e interrumpir menos a desarmarnos del ego de imponer lo que decimos y construir desde la diferencia de opiniones.

Nota: Esta columna también fue publicada en el Diario del Huila.

Adonis Tupac Ramírez es cirujano de cabeza y cuello, especialista en microcirugía con maestrías en epidemiologia clínica y educación. Triatleta aficionado y escritor por necesidad. Conferencista nacional e internacional. Codirector del Festival de Poesía de Neiva y del programa Poesilina: medicina para el alma. Investigador y par académico de Colciencias con más de 50 publicaciones académicas en revistas científicas y capítulos de libros. Columnista del Diario del Huila y del medio digital TSM, con 3 obras publicadas de poesía y crónica y en múltiples antologías de Chile, Colombia, España, Argentina y Perú.

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