
Por: Luis Fernando Pacheco y Jacobo Quintero
Brigitte Baptiste es una de las voces más reconocidas en Colombia en temas medioambientales. Es bióloga, académica, hizo una carrera notable en el Instituto Humboldt en el cual fue directora entre 2011 y 2019. Desde ese año es rectora de la Universidad EAN.
Nuestro miembro del Comité Editorial, Luis Fernando Pacheco, la entrevistó durante su paso por Barcelona, en donde visitó la Casa de América en Catalunya y habló del “Conocimiento ecológico en clave queer”.
Escuche la entrevista a continuación, o abajo lea el texto de la misma si lo prefiere.
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Luis Fernando Pacheco: Hace un par de semanas terminó la COP26. ¿En su opinión, y como experta ambientalista, cuál es el balance de la COP26 en líneas generales?
Brigitte Baptiste: Yo creo que la COP26 trató de presionar mucho la aceleración del cumplimiento de las metas del Acuerdo de París, en la medida en que las evidencias científicas demuestran que los escenarios climáticos y medidas que se están tomando, no se están reflejando en la reducción de emisiones y del cambio climático global; los líderes del presente van a ser duramente cuestionados históricamente por ese tema.
Sin embargo, las pretensiones de la Cumbre eran un poco ingenuas en la medida que los grandes protagonistas ya habían manifestado en París a que se comprometían y en qué plazos. No estaban dispuestos a revisar tan pronto esas metas y esos programas, me refiero con ello a China, a India y a los grandes jugadores que no van a estas cumbres a hacer populismo como Occidente sí hace. Y yo creo que esta fue una cumbre muy populista, en el sentido de que tanto Reino Unido como Estados Unidos y la Unión Europea, se sentían obligados a tratar de posicionar agendas, digamos ligeramente distintas.
Además, con la COVID todo el mundo tiene excusa, es decir, no, pues qué pena, nos tocó aplazar un año, dos años de cumplimiento de nuestras metas, pero van a retomar el camino. Y pues lo estamos viendo, todos los países están definiendo sus metas de carbono, en tiempos dentro de su programación económica.
LP: Si bien nosotros no somos de los principales contaminantes en la región, ¿cómo nos va a nosotros frente a esos desafíos?
BP: Yo creo que Colombia hizo exactamente lo que fueron a hacer todos: a mostrar los dientes y a decir aquí estamos presentes, aquí tenemos grandes ambiciones para tratar de mantener su espacio en la negociación internacional, claro, con un discurso coherente, un discurso robusto en lo ambiental, pero tan difícil de aplicar como el de todos los países, en la medida en que la economía mundial es la que configura el contexto de las transiciones y el cambio.
Tal vez lo más significativo fue la progresiva insistencia, que yo creo que es lo que sigue, en el tema de la de la detención o de la deforestación como el gran problema real que tiene Colombia en términos de destrucción de biodiversidad y de emisiones de gases de efecto invernadero, porque treinta y pico porciento de nuestras emisiones vienen de deforestación, más el otro casi 30% de actividades agropecuarias ineficientes en Colombia.
Digamos que tiene rabo de paja, porque todos sus aportes al cambio climático y el calentamiento provienen de una economía del siglo XVIII, mal diseñada. Y eso es lo que resiente un poco al sector privado colombiano, a los empresarios y el sector de la economía terciaria, porque a ese sector le cargan todo el peso de la mitigación cuando lo que necesitamos es una estrategia de adaptación muy robusta.
LP: Frente a la agenda para el próximo gobierno, ¿cuáles cree que deberían ser las prioridades en materia medioambiental para quien asuma en casa de Nariño, el próximo 7 de agosto?
BP: Yo creo que el próximo presidente tiene la obligación de tejer esas medidas de adaptación dentro de la trama de los sistemas productivos del país. Y diría yo que la gestión ambiental colombiana tiene que moverse del Ministerio de Ambiente al Ministerio de Agricultura.
Sobre todo, porque es donde radican los grandes cuellos de botella y las dificultades para controlar la deforestación y construir una economía forestal moderna para construir una economía de la acuicultura basada en la biodiversidad. Unos modelos de Desarrollo Rural integral como los que se pactaron en el acuerdo de paz para todos los colombianos, basados en la modernización del sector. En fin, yo creo que casi que la agenda colombiana ambiental debería estar concentrada en la transformación del Ministerio de Cultura en un Ministerio de Agroecología, forestería o algo por el estilo.
Y en un proceso muy complejo de negociación con los actores del sector que son extremadamente resbalosos, empezando por la sociedad de agricultores de Colombia. Habría que tener una agenda mucho más estratégica, pero yo creo que hay disposición y además ya es muy feo no tenerla.
Luego, a la siguiente intervención tiene que ser el presidente de garantizar que el Ministerio de Ciencia y Tecnología sea un Ministerio de Ciencia y Tecnología con los recursos adecuados, con una agenda robusta y con los recursos que se requieren. Mientras Colombia siga invirtiendo centavitos en ciencia y tecnología, ni el sector privado, ni las comunidades, ninguna institución va a tener opciones para transformar sus actividades productivas, porque siempre vamos a estar comprando tecnología sobrante barata de las grandes potencias. Entonces ahí hay un elemento de reforma. Y finalmente, diría yo, que en ese tejido de la idea de sostenibilidad o de adaptación al cambio climático en los sectores, sí hay que trabajar robusteciendo los temas de minería, minería para la sostenibilidad, la transición energética, que es lo que mejor va, tengo mucha más confianza en cómo se está manejando el sector energético que cualquiera de los demás sectores.
Diría que las otras expectativas, como las de corto plazo, que es manejar el tema del turismo, ojalá que las inversiones sean los más responsables posibles. Y el tema de educación, esa si es la caja negra, realmente la educación en Colombia pareciera inmanejable, totalmente, y está totalmente trabada en una perspectiva setentera, y dónde el tema ambiental no pasa, no hay ninguna reflexión de fondo en la educación colombiana sobre los temas ambientales y ahora la gente pide cátedra climática para que los niños sepan lo que les viene pierna arriba y eso es totalmente inútil. Lo que necesitamos es una reforma educativa de fondo, que vienen reclamando todo el mundo.
LP: Ahora que toca el tema de la responsabilidad minero-energética y decía que era de los más adelantados, ¿Qué tan viable es ese proceso de transición a energías alternativas que no sean extractiva, un tema que ha generado amplio debate en prensa?
BP: Muy, muy. Ese es un proceso que se va a dar, que se está dando. Y que lo va a definir o una combinación de medidas de regulación de cambios, de tarifas, impuestos, subsidios. Es un debate político importante en el próximo congreso, la disposición y acceso a las nuevas tecnologías, que están siendo cada vez más baratas y la apertura a nuevos inversionistas. Que traigan solar, viento y demás.
* Luis Fernando Pacheco Gutiérrez es colombiano de nacimiento. Académico por vocación. Abogado, Especialista en Desarrollo Personal y Familiar, Egresado del Curso Superior de Defensa Nacional de la Escuela de Defensa Nacional y maestrando en Relaciones Internacionales. Ha sido docente, investigador y directivo de instituciones educativas y universidades de Colombia y Argentina. Cofundador y miembro del Comité Editorial del Portal Independiente La Gaitana.
** Jacobo Quintero Manchola es Bogotano de familia Huilense, fotógrafo documental y abogado de la Fundación Universitaria Navarra. Creador y exintegrante del semillero de investigación “Esmeralda Arboleda”. En la actualidad es integrante del grupo de investigación DIALOGOS en la línea de género. Ha colaborado a nivel periodístico con la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad en representación del Portal La Gaitana.
