Opinión por Illia Collazos
El corazón de la nueva reforma a la salud que propone el Gobierno de Gustavo Petro es reemplazar las empresas privadas en la salúd pública. En otras palabras, la transformación total de las Empresas Promotoras de Salud (EPS) tal como las conocemos actualmente.
Aunque la reforma a la salud parece, en esencia, modelada en base a un acceso universal a la salud, sin intermediarios y enfocada en la territorialización, hay algunas piedras en el camino que el Gobierno podría no estar previendo.

Proceso de transición de las EPS
En el Proyecto se menciona que: “solo las EPS que no estén en proceso de liquidación al momento de la expedición de la Ley, podrán hacer el proceso de transición. De igual forma, les corresponde trasladar sus afiliados de manera progresiva al nuevo modelo”.
En este aspecto, el proyecto de la reforma a la salud pone en riesgo a miles de usuarios que, en muchos casos, deberán ser reasignados, territorialmente, pero también a nivel de datos de historial médico.
La transición, si no se hace en tiempos adecuados y respaldando fuertemente a las EPS con recursos para los costos de esta reasignación y transición, puede crear una -quizá corta, pero polémica – crisis en el acceso a la salúd pública en Colombia.
Congestionamiento de centros de salud y hospitales
La reforma a la salud, que garantiza un acceso universal, incluso si un individuo no está registrado a una EPS o CAPIRS, puede crear una crisis en la adecuada atención de los ciudadanos, precisamente como resultado de la reasignación y re-territorialización de los afiliados.
La reforma a la salud no puede ser efectiva sin una fuerte inversión en la creación de más centros de salud y hospitales públicos. Especialmente en zonas rurales de difícil acceso. Algo que, por el momento, no parece estar incluido en el texto de la reforma a la salud.
Ampliación del acceso preventivo desde la instancia cero
La prevención es clave para fomentar un sistema de salúd equilibrado. Sin embargo, no se trata sólo de campañas de salud, sino del acceso suficiente, para los individuos, a médicos de cabecera y especialistas.
En Colombia, los tiempos de espera entre una cita con el médico General y un médico especialista, pueden ser de alrededor de 3 semanas a un mes, lo que dificulta el adecuado manejo de ciertas enfermedades que evolucionan rápidamente, como lo es el cáncer. En muchos casos, incluso, no es posible encontrar ciertas especialidades en zonas rurales o ciudades de población pequeña.
La reforma a la salud en Colombia debería permitir el acceso directo de los ciudadanos a especialistas o, al menos, garantizar un tiempo mínimo de espera.
Sin embargo, esto no será posible si no se invierte en el pago adecuado del personal especialista y una reubicación de los recursos para garantizar el acceso a los colombianos a medicina especializada, que no involucre traslados y costos asociados a ellos.
El caso Europeo: no tan admirable
Pese a que el acceso a la salud en Europa es, también, universal y se trata de un sistema “altamente admirado”, es un sistema que no fortalece los sistemas de prevención y que brinda pobre atención al usuario que busca hacer controles de salud preventivo.
El sistema público de salud es, de hecho, muy efectivo para tratar de manera gratuita a individuos con enfermedades crónicas o emergencias, pero bastante pobre cuando se trata del acceso directo a un General Practitioner, que es el equivalente a un médico general.
El caso Argentino: una buena guía
La salud en Argentina es también de acceso universal y gratuito para todos los ciudadanos argentinos.
El acceso es no sólo ampliamente abarcativo, sino también directo y con pocos intermediarios. Los ciudadanos y residentes en Argentina pueden acceder a citas directas con especialistas, en algunos casos -especialmente en el caso de contar con servicios de prestación privados -, y adicionalmente, es bastante efectivo en la realización de exámenes diagnósticos.
El costo de las medicinas también está subsidiado, por lo que en algunos casos los pacientes pagan sólo un porcentaje del costo total de las mismas.
Aprendamos de otros modelos
Colombia debe buscar un modelo de salud que se ajuste a nuestro territorio, de difícil acceso y pobre comunicación.
Adicionalmente, fortalecer el uso preventivo del sistema público de la salud, más allá de la realización de campañas de sanidad pública. Es necesario que el acceso no sea solo garantizado sino fácil, incluso para ciudadanos en territorios de difícil acceso o zonas de vulnerabilidad.
Es también notorio que, por el momento, Colombia no cuenta con la infraestructura de salud pública necesaria para atender a toda la ciudadanía de manera gratuita y efectiva y, más importante aún, a tiempo.
La reforma a la salud, en principio, tiene un buen cuerpo, pero carece de ciertos detalles que podrían causar una transición no tan amigable para el ciudadano de a pie que desde ya, tiene bajo acceso a los recursos de salud estatales.
El personal médico debe ser no sólo entrenado y bien pagado, sino también reubicado para poder equilibrar el acceso a la salud en todo el territorio colombiano.
Illia Collazos no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico/profesional/personal de su perfil.”
“En Colombia, los tiempos de espera entre una cita con el médico General y un médico especialista, pueden ser de alrededor de 3 semanas a un mes, lo que dificulta el adecuado manejo de ciertas enfermedades que evolucionan rápidamente, como lo es el cáncer. En muchos casos, incluso, no es posible encontrar ciertas especialidades en zonas rurales o ciudades de población pequeña”. Esto es lo que teórica y en la practica debe resolver el cambio y la nueva ley