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Es un día emotivo para los habitantes de Roma; no todos los días recibes al Führer en tu propio hogar. Las calles son ríos de muchedumbre ordenada. Solo a una ama de casa y a su vecino “excéntrico” se les ocurriría perderse semejante evento legendario. Lo que no imaginan es que están a punto de vivir su propio día inolvidable.
Una historia de amor donde lo menos importante es el romance, sino el porqué se enamoran sus personajes; cuáles son las fuerzas que los empujan a encontrarse y los alejan.
Su genialidad está en la manera como disecciona los mecanismos del poder a una escala microscópica. Cómo este impregna las capas más profundas de la sociedad y se replica de manera idéntica en cada uno de los hogares. No porque sea algo residual, sino precisamente su condición necesaria de existencia.
Cada elemento dramático está dispuesto con soberbia precisión y armonía al servicio de esta premisa, con énfasis particular en el espacio y el sonido. Relatos así, donde estos elementos desempeñan un papel fundamental, tienen un peso diferente, como si sus personajes no pudieran existir en ningún otro lugar y fuéramos testigos auténticos de lo que allí sucede.
El edificio en el que habitan se asemeja a una prisión panóptica que obliga a cada casa a estar pendiente de las otras, aunque también es como un coliseo, un escenario donde cada familia interpreta el papel que le corresponde ante la mirada de un público incorpóreo que no deja nunca de mirar.
Como analogía irónica, el ave enjaulada que huye de la casa de Antonietta termina en la de Gabriele y es el detonante de su encuentro. La criatura, finalmente, se ve condicionada por la estructura que la encierra.
Luego está el ruido omnipresente de la transmisión radial del desfile militar, su capacidad intrusiva para colmar el espacio y despojarlo de su intimidad, de introducir el orden público en cada rincón de lo privado. Como sucede con el régimen doméstico que se auto impone Antonietta con su alarma, que suena cada hora y que le marca el ritmo de su vida para que pueda cumplir eficientemente con todas las tareas del hogar.
Toda leyenda necesita sus mártires.
@MiguelSolanoJ
Por: Miguel Solano Jiménez – Cineasta de cortometrajes de ficción y algunos documentales. Escribe cuentos, guiones y crítica de cine. Le gusta el arte que se piensa y que imagina lo imposible.
