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¿Qué es suficiente para ser una verdadera feminista? Para la sociedad nada parece ser suficiente. No basta con hacer nuestra parte: tenemos que responder también por las luchas que no abanderamos, por las mujeres que no se denominan feministas, por aquellas que ya no están y hasta por la ineficiencia de las instituciones.

Porque no basta con que solamente un 35% de quienes cursan estudios de enseñanza superior en áreas STEAM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas, por sus siglas en inglés) sean mujeres. Tampoco es suficiente con que únicamente el 3% de los premios Nobel en estas áreas hayan sido otorgados a personas de nuestro género. Si una científica dice que no se considera feminista, saltan desde todos los lugares a negar esta brecha y a recriminar la lucha de quienes día a día procuran reducirla.

No es suficiente con que Claudia Goldin, economista y académica estadounidense, recibiera el premio Nobel de economía en el 2023 como reconocimiento por sus estudios alrededor de la brecha salarial. Tampoco es suficiente con que de acuerdo con la última Encuesta nacional del uso del tiempo del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), las mujeres invierten diariamente alrededor de siete horas del día a labores de trabajo doméstico no remunerado, mientras que los hombres solo dedican alrededor de tres horas. Basta con que alguien trivialice las malas condiciones laborales en Colombia, para negar el sesgo de género en la desigualdad, para que escuchemos a alguien decir que “todos la están pasando mal”.

No alcanza con que sea un hito que por primera vez en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, un Estado, el Estado colombiano precisamente, le pida perdón a una mujer trans, al reconocer su responsabilidad en la vulneración de los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial de Raiza Isabela Salazar, sobreviviente de la violencia del conflicto armado, agravada por la discriminación contra la población LGBTIQ+. No es suficiente, porque con que alguna haga eco a las burlas por la lucha por la equidad de las mujeres trans, mejor sigamos pensando que es un tema de capricho.

Los feminismos (sí, en plural, porque no hay uno solo) son diversos, tanto en sus integrantes, como en sus luchas. Y como feminista, he criticado la falta de interseccionalidad dentro de los movimientos,; la invisibilización de las luchas de las compañeras feministas trans, afro, indígenas, campesinas, rurales, y sobre todo la burbuja de la que muchas veces nos es difícil salir. Pero no porque crea en el mito de la “verdadera feminista”, aquella del meme que maneja varios idiomas, o que son exitosas bajo el parámetro de “éxito” impuesto por la sociedad, que gana premios y reconocimientos por ser una mujer “empoderada” en su área. En diversas ocasiones, son ellas mismas quienes desde su burbuja de privilegio académico, blanco, cis, económico u otro, o por falacia anecdótica, no reconocen la importancia de las luchas por la equidad de género para otras y el peso que tiene un sistema patriarcal sobre muchos grupos sociales.

Pero no le debemos feminismo a nadie, porque llevar estas banderas no es una decisión que tomemos a la ligera. Implica cuestionar tu manera de ver el mundo hasta el punto de la incomodidad; que se te inquiete constantemente por lo que hiciste, lo que omitiste y hasta lo que pensaste; es sentirte insuficiente por no llegar a más personas, por no estar en más lugares, por no abarcar más temas.

La “verdadera feminista” es un mito más para invalidar nuestras luchas, apalancándose en la incomodidad que generamos y en la diversidad de los pensamientos de las mujeres, feministas y no. Pero mientras haya inequidad en los diferentes ámbitos de la sociedad, mientras esté esa amiga que confía en ti para contarte su historia al sentir que no va a ser juzgada, mientras tengamos el pañuelo violeta y verde uniéndonos en la necesaria diferencia, las feministas, así, a secas, seguiremos resistiendo y aportando por una sociedad mejor.

Conflicto de intereses: Erika Saldarriaga no recibe salario, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo profesional y personal de su perfil.

About Post Author

Erika Saldarriaga G.

Médica de la Universidad Surcolombiana. Feminista y activista, defensora de Derechos Humanos. Cofundadora de la Red Huilense de Defensa y Acompañamiento en Derechos Sexuales y Reproductivos (RHUDA) e integrante del Grupo Médico por el Derecho a Decidir – Colombia. Es colaboradora de La Gaitana para las secciones de género y salud, donde cubre temas como salud con enfoque de género, feminismos, derechos sexuales y reproductivos.
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One thought on “La verdadera feminista

  1. Siempre es un gusto leerte. Muchas gracias por compartir tus reflexiones y perseverar en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres 💜

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